Nací en Granada, aunque he pasado la mayor parte de mi vida en Málaga. Durante los dos primeros años de universidad, viví en Colegio Mayor, de modo que hasta este año no tuve que empezar a cocinar. Lo cierto es que nunca le había prestado mucha atención a la cocina, porque prefería invertir ese tiempo en otras actividades, como la lectura, la escritura o el dibujo. Sin embargo, este año empecé a tomármelo en serio -ya por necesidad- y no ha sido tan horrible. El secreto está en la actitud... ¡y también la cocina es un territorio creativo!

​

<<Cuando empecé a cocinar, nadie apostaba por mí. He de confesar que yo misma tenía mis dudas, pues la cocina nunca me había llamado especialmente la atención, pero no me quedaba más remedio si quería comer, de modo que... me lancé. Y aquí estoy, trabajando en “Sobrevive en la Cocina” con un equipo estupendo y muy creativo. Creo que es lo importante: innovar. En la universidad no hay mucho tiempo para cocinar, o por lo menos yo prefiero dedicárselo a otros asuntos, por eso resultan muy útiles los consejos de otros estudiantes en la misma situación. ¿Dónde comprar más barato? ¿Cómo sorprender a tus amigos? ¿Cómo cocinar sano y sin distraerte demasiado tiempo? Y sobre todo, ¿cómo disfrutar con la cocina? Porque pasárselo bien en la cocina es posible, y no solo por las risas de equivocar la sal con el azúcar o el aceite con el café. Cocinar tiene algo de magia, pero, para descubrirla, hay que creérselo y darle una oportunidad. Quizá te sorprendas, como me ocurrió a mí>>.



Comida preferida: San Jacobo.