
Rafael Martín de Vicente
Nací un 5 de diciembre de 1992 en Vigo, aunque por diversas circunstancias viví en muchas partes de España. Estudio Historia gracias a mi profesor de Historia del colegio, que logró que todos la amáramos, y Periodismo por mi madre que me dijo aquello de “con Historia solo no vas a ningún lado”. Me gusta el fútbol y el cine, y desde los siete años la cocina.
Mi padre es un gran cocinero y desde pequeño me metió con él en la cocina para ayudarle. Al principio sólo le ayudaba a cortar patatas, a batir huevos… y a aprender. Los domingos, cuando estaba en el colegio, mi padre me despertaba a las 8 de la mañana para cocinar, y todo lo que aprendí de él, ahora lo aplico en mi piso. Una de las primeras comidas difíciles que aprendí a hacer fue la paella, que mi padre aprendió cuando vivimos en Valencia tres años, y ahora ya hacemos diferentes tipos de arroces de todos los estilos. Mi padre es andaluz, por lo que los guisos y cocidos le encantan, herencia de mi abuela, y es algo que también me gusta hacer. Además, cuando no está mi padre, me dedico a inventar comidas, que muchas veces tengo que tirar a la basura porque no es comestible, pero que otras veces se convierten en platos indispensables en nuestra dieta. La denominada por mí “ensalada americana” o los “macarrones con salsa boloñesa alemana” son inventos producto de grandes pruebas fallidas en la cocina, pero que ahora mis hermanos quieren que les haga constantemente.
